En los últimos años la terapia de reemplazo de testosterona (TRT) dejó de ser un tema exclusivo de consultas urológicas y endocrinológicas para colarse en consultas generales, redes sociales y clínicas privadas. En México —donde el envejecimiento poblacional y la mayor atención a la salud masculina han aumentado la demanda de soluciones— la discusión se centra en distinguir entre qué está científicamente probado, qué riesgos existen y qué mitos circulan alrededor de un tratamiento que puede mejorar la calidad de vida pero que exige criterios diagnósticos y seguimiento médico.
¿A quién va dirigida la terapia y cómo se diagnostica?
La TRT está indicada para hombres con hipogonadismo comprobado: es decir, síntomas compatibles (disminución de libido y erecciones, fatiga, pérdida de masa muscular, baja densidad ósea, cambios del ánimo) y niveles de testosterona persistentemente bajos en análisis sanguíneos, preferiblemente medidos en la mañana. Las guías internacionales (Endocrine Society, AUA) recomiendan confirmar la baja hormonal con al menos dos mediciones y apoyarse en la clínica antes de comenzar el tratamiento. No es una “cura” universal para la fatiga o la pérdida de energía sin respaldo analítico. Endocrine SocietyAmerican University of Astrobiology
En México hay un desafío práctico: los rangos y la precisión de los ensayos de testosterona pueden variar entre laboratorios. Un estudio reciente que analizó laboratorios en la Ciudad de México mostró discrepancias en puntos de corte y en la estandarización de pruebas, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos si el médico no interpreta los resultados en contexto clínico. Por eso especialistas insisten en repetir las pruebas, usar laboratorios acreditados y evaluar otros parámetros (LH, FSH, hemoglobina/hematocrito) antes de decidir la TRT. PubMed
Beneficios demostrados (¿qué puede esperar un paciente?)
La evidencia acumulada por ensayos clínicos y meta-análisis indica que en hombres con hipogonadismo la TRT aporta beneficios medibles:
-
Mejora de la función sexual (libido y erecciones) en muchos pacientes.
-
Aumento moderado de la masa muscular y fuerza y mejoras en densidad ósea, lo que puede reducir el riesgo de fracturas.
-
Mejoría en algunos casos en el ánimo y fatiga, aunque los efectos sobre depresión mayor son variables.
Estos beneficios son más probables y clínicamente relevantes cuando los niveles basales son claramente bajos y los síntomas son compatibles con hipogonadismo; la evidencia es menos contundente en hombres con testosterona en rangos bajos-límite o que buscan TRT por motivos estéticos o de “mejora” no relacionados con una patología. PMCWorld Journal of Men’s Health
Riesgos y preocupaciones reales
Entre los riesgos que deben considerarse y monitorearse están:
-
Eritrocitosis (aumento del hematocrito): la TRT puede elevar el hematocrito y la hemoglobina, lo que incrementa la viscosidad sanguínea; por eso se monitoriza y, si es necesario, se ajusta la dosis o se suspende.
-
Impacto sobre la próstata: aunque la evidencia actual no ha demostrado que la TRT aumente directamente el riesgo de cáncer de próstata, sí puede elevar el PSA y enmascarar la detección de lesiones; los protocolos recomiendan control prostático antes y durante el tratamiento.
-
Riesgo cardiovascular: este ha sido uno de los debates más intensos. Ensayos y revisiones recientes, incluyendo meta-análisis grandes, han mostrado que en pacientes con hipogonadismo la TRT no parece aumentar la mortalidad ni los eventos cardiovasculares y algunos estudios sugieren incluso efectos neutros o protectores en poblaciones seleccionadas. Sin embargo, hay variabilidad entre estudios y la recomendación prudente es evaluar factores de riesgo cardiovascular antes de iniciar TRT y monitorizar durante el tratamiento. No es una terapia “inocua” en hombres con enfermedad cardiovascular activa sin una valoración especializada. PubMedPMC
Mitos que persisten en la práctica clínica y en redes
-
“La testosterona engorda”: la evidencia muestra que la TRT puede aumentar masa muscular y, en algunos casos, disminuir grasa corporal si se acompaña de ejercicio; no es un agente de ganancia de peso en el sentido negativo popular.
-
“Cualquier hombre mayor debe tomar testosterona”: falso. La testosterona baja con la edad, pero descenso no siempre significa enfermedad; la indicación se basa en síntomas y pruebas confirmatorias.
-
“TRT causa infertilidad irreversible”: la administración exógena de testosterona suprime la producción endógena y la espermatogénesis, por lo que puede causar oligospermia o azoospermia; este efecto suele ser reversible tras suspender el tratamiento, pero el tiempo y la recuperación no son predecibles. Hombres que desean fertilidad deben discutir alternativas (clomifeno, hCG) con un especialista.
-
“La testosterona previene ataques cardíacos”: aunque algunos estudios observan efectos metabólicos positivos, no está indicado prescribir TRT con el objetivo de prevenir eventos cardiovasculares; su indicación es hormonal y sintomática.
Cómo se maneja en el sistema de salud mexicano
Instituciones como el IMSS incluyen formulaciones de testosterona en su cuadro básico y ofrecen la terapia en contextos de diagnóstico de hipogonadismo; sin embargo, el acceso y el abordaje pueden variar entre clínicas urbanas y rurales, y entre el sistema público y el privado. Además, la compra consolidada y las guías institucionales obligan a que el tratamiento se encuadre dentro de protocolos clínicos —no se debe dispensar como “suplemento” sin seguimiento. En la práctica, la evaluación inicial suele incluir historia completa, examen físico, análisis hormonales matutinos y pruebas complementarias según la presentación. IMSS+1
Buenas prácticas: antes, durante y después
-
Antes: confirmar diagnóstico con síntomas compatibles y al menos dos mediciones matutinas de testosterona total; descartar causas reversibles (fármacos, enfermedad crónica).
-
Durante: controles clínicos periódicos (síntomas, PSA, hematocrito/hemoglobina, perfil lipídico y función hepática según formulación) y ajustar dosis para mantener niveles en rango fisiológico.
-
Después: evaluar respuesta clínica y efectos adversos; si el objetivo es fertilidad, considerar alternativas a la TRT o estrategias concomitantes.
Conclusión
La terapia de reemplazo de testosterona puede ser una herramienta valiosa para hombres con hipogonadismo documentado: mejora la función sexual, la masa muscular y la densidad ósea, y puede beneficiar el ánimo y la energía. Pero no es una panacea: requiere diagnóstico riguroso, elección adecuada del candidato, vigilancia de efectos adversos (especialmente hematocrito y factores prostáticos) y una conversación honesta sobre fertilidad y riesgos cardiovasculares. En México, la disponibilidad de la terapia en el sistema público y la heterogeneidad de los laboratorios obligan a profesionales y pacientes a ser especialmente cuidadosos en la interpretación de resultados y en el seguimiento. La clave es combinar evidencia científica, criterios clínicos y comunicación clara para separar la medicina basada en datos de la moda terapéutica.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico de confianza.
Fuentes bibliográficas
-
Endocrine Society — Clinical Practice Guideline: Testosterone Therapy in Men with Hypogonadism (Resumen de recomendaciones). Recomendaciones sobre diagnóstico (confirmación con dos mediciones) y seguimiento. Endocrine Society
-
Meta-análisis (2024) sobre riesgo cardiovascular y mortalidad asociado a la terapia con testosterona. Revisión amplia que no encontró incremento en riesgo cardiovascular ni en mortalidad para pacientes con hipogonadismo tratados con TRT. PubMed
-
Estudio sobre variabilidad de umbrales y ensayos de testosterona en laboratorios de la Ciudad de México. Señala discrepancias en rangos de referencia y resalta la necesidad de repetir pruebas y usar laboratorios acreditados. PubMed