La primera infancia (desde el nacimiento hasta los 5 años) es una etapa clave para el desarrollo físico, cognitivo y social. En comunidades rurales de México, esta fase enfrenta retos graves en nutrición, entre los cuales destacan la anemia y la desnutrición crónica. Aunque en los últimos años ha habido algunas mejoras, los datos más recientes muestran que aún persisten brechas importantes, especialmente en zonas marginadas, indígenas y con bajos ingresos.
Magnitud del problema
Las cifras oficiales más recientes muestran que alrededor del 13.9 % de los niños y niñas menores de cinco años en México presentan desnutrición crónica, lo que significa un retraso en su crecimiento lineal. Esta situación es más frecuente en las zonas rurales, donde se combinan factores como pobreza, menor acceso a servicios de salud y disponibilidad limitada de alimentos variados y nutritivos.
En cuanto a anemia, datos de encuestas nacionales de salud indican que la prevalencia en preescolares (1-4 años) se ubica en torno al 6-7 %, mientras que en escolares (5-11 años) ronda el 3-4 %. Estas cifras son más altas en regiones rurales que en las urbanas, reflejando desigualdades persistentes. Ambas condiciones —anemia y desnutrición— tienen efectos de largo plazo sobre el desarrollo cognitivo, la capacidad de aprendizaje y la salud futura.
Factores que originan la desnutrición y la anemia
Acceso limitado a alimentos nutritivos. En las comunidades rurales mexicanas, muchas familias dependen de ciclos agrícolas inestables y de productos de bajo contenido nutritivo. La disponibilidad de frutas, verduras frescas, proteínas de origen animal y suplementos esenciales suele ser limitada debido a dificultades de transporte, almacenamiento y costos.
Condiciones de pobreza y vivienda. La falta de agua potable, saneamiento adecuado y viviendas en buen estado favorece la aparición de enfermedades infecciosas que afectan la absorción de nutrientes. A esto se suman ingresos familiares bajos, lo que restringe la compra de alimentos nutritivos de forma regular.
Barreras culturales y educación nutricional insuficiente. En algunos contextos persiste desconocimiento sobre qué alimentos son necesarios para un buen desarrollo infantil. Las prácticas tradicionales, aunque valiosas, pueden favorecer dietas monótonas y carentes de micronutrientes. La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida también se ve obstaculizada por falta de información y de apoyo institucional.
Servicios de salud insuficientes. En muchas localidades rurales existe escasez de personal capacitado para brindar atención nutricional y seguimiento del crecimiento infantil. La falta de infraestructura sanitaria y de suplementos limita la prevención y el tratamiento oportuno de la desnutrición y la anemia.
Consecuencias de no atender el problema
La desnutrición crónica y la anemia en la primera infancia tienen consecuencias que van más allá de la salud inmediata. Se asocian con retrasos en el desarrollo cognitivo, menor rendimiento escolar, mayor riesgo de enfermedades crónicas en la vida adulta y perpetuación del ciclo de pobreza.
En las comunidades rurales mexicanas, estos problemas se suman a la falta de acceso a servicios educativos de calidad, empleo formal y atención médica especializada, profundizando las brechas con la población urbana. La inversión en nutrición infantil es, por lo tanto, una medida de equidad social y de desarrollo económico a largo plazo.
Recomendaciones para fortalecer la respuesta
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Atención prioritaria a los primeros 1 000 días de vida. Asegurar una buena nutrición prenatal, promover la lactancia materna exclusiva y ofrecer alimentación complementaria adecuada a partir de los seis meses.
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Fortificación y suplementación. Garantizar que las mujeres embarazadas y los niños pequeños reciban hierro y otros micronutrientes esenciales. Ampliar la fortificación de alimentos básicos disponibles en comunidades rurales.
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Educación nutricional comunitaria. Desarrollar programas educativos que enseñen a preparar alimentos nutritivos con productos locales, combinar adecuadamente macro y micronutrientes, y mantener prácticas de higiene y manejo seguro del agua.
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Fortalecimiento de la atención primaria en salud. Mejorar el control de crecimiento, la detección temprana de desnutrición y anemia, y asegurar personal capacitado y recursos suficientes en las comunidades rurales.
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Políticas públicas integrales con enfoque territorial. Diseñar programas que reconozcan las particularidades culturales y económicas de cada región, financiamiento sostenido para cubrir zonas marginadas, y coordinación entre los sectores salud, agricultura, educación y desarrollo social.
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Monitoreo y evaluación continua. Utilizar encuestas nacionales para medir tendencias, identificar áreas críticas, evaluar impacto de intervenciones y ajustar estrategias de manera oportuna.
Conclusión
En México, la nutrición en la primera infancia sigue siendo un reto urgente, sobre todo en comunidades rurales donde la anemia y la desnutrición crónica afectan a miles de niños y niñas. Si bien existen avances —reducciones parciales en anemia, metas nacionales claras, y programas de alimentación adaptados a contextos locales— aún se requiere un esfuerzo sostenido y coordinado para garantizar que todos los niños tengan acceso a una alimentación suficiente, variada y nutritiva en sus primeros años de vida. Invertir en nutrición infantil es invertir en el futuro del país, en el desarrollo de su capital humano y en la reducción de desigualdades históricas entre regiones.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico de confianza.
Fuentes bibliográficas
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Instituto Nacional de Salud Pública. Prevalencia de anemia en la población mexicana: análisis de la ENSANUT Continua 2022-2023.
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Pacto por la Primera Infancia. Meta 2: reducir desnutrición crónica y anemia en menores de cinco años.
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Secretaría de Salud, Gobierno de México. Resultados del suplemento alimenticio para menores de zonas rurales y reducción de anemia.