La primera mujer en obtener el título de médica en México fue Matilde Petra Montoya Lafragua. Su historia es un testimonio de perseverancia, inteligencia y lucha contra los prejuicios de una época que relegaba a las mujeres a roles tradicionales.
Historia de Vida de Matilde Montoya Lafragua
Nacimiento e Infancia (1857-1873): Matilde Montoya nació el 14 de marzo de 1857 en la Ciudad de México. Desde muy temprana edad, demostró una notable inteligencia y una sed de conocimiento inusual para las niñas de su época. Aprendió a leer y escribir a los cuatro años y terminó su educación básica a los doce. A pesar de los convencionalismos sociales, su madre la apoyó en su deseo de seguir estudiando.
Los Primeros Pasos en la Salud: Partera (1873-1882): Con una vocación clara hacia la salud, a los 14 años, Matilde se matriculó en la carrera de Obstetricia y Partera en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH). En 1873, a los 16 años, obtuvo su título de partera, demostrando una gran capacidad en un examen que fue incluso noticia en la prensa de la época. Sus prácticas como obstetra las realizó en el Hospital San Andrés y también brindó consulta privada, lo que la puso en contacto directo con las necesidades de salud de la población, especialmente de las mujeres.
El Desafío de la Medicina (1882-1887): A pesar de su éxito como partera, Matilde anhelaba ser médica. En 1882, decidió presentarse al examen de admisión para ingresar a la Escuela Nacional de Medicina (hoy Facultad de Medicina de la UNAM). Superó el examen con excelencia, demostrando sus vastos conocimientos en física, zoología, botánica y química, y fue aceptada.
Sin embargo, su ingreso a la carrera de medicina no estuvo exento de obstáculos y fuertes resistencias. Enfrentó el rechazo y las críticas de compañeros y profesores, quienes cuestionaban la capacidad intelectual de una mujer para estudiar una profesión considerada exclusiva de hombres. Los argumentos misóginos eran comunes, afirmando que las mujeres no tenían las aptitudes físicas ni mentales para la medicina. Incluso, se le objetó por haber estudiado previamente la carrera de partera, ya que la consideraban de menor rango.
Ante la adversidad, Matilde no se rindió. Contó con el apoyo fundamental de su madre y de algunas figuras influyentes. Se cuenta que fue gracias a la intervención directa del entonces presidente de México, Porfirio Díaz, a quien Matilde le envió una carta explicando su situación, que se modificaron los estatutos de la escuela para permitirle continuar sus estudios y realizar los exámenes necesarios.
La Graduación y el Legado (1887 en adelante): Finalmente, el 24 de septiembre de 1887, Matilde Montoya rindió su examen profesional con una tesis titulada «Técnicas de laboratorio en algunas investigaciones clínicas» y obtuvo el título de Médico Cirujana y Partera, convirtiéndose oficialmente en la primera médica de México. Este hito no solo fue un triunfo personal, sino que abrió las puertas para que muchas otras mujeres pudieran acceder a la educación superior y a profesiones antes reservadas solo para hombres.
A lo largo de su carrera, Matilde Montoya se dedicó con gran vocación a la medicina, atendiendo a pacientes, con un especial énfasis en las poblaciones de escasos recursos. También fue una pionera del feminismo en México, defendiendo activamente los derechos intelectuales y civiles de hombres y mujeres. En 1925, junto con Aurora Uribe, fundó la Asociación de Médicas Mexicanas, un espacio fundamental para el apoyo y la visibilidad de las mujeres en la medicina.
Matilde Montoya falleció el 26 de enero de 1938, a la edad de 79 años, dejando un legado imborrable de valentía, inteligencia y un camino abierto para las generaciones futuras de mujeres profesionales en México. Su vida es un recordatorio de que la perseverancia y la lucha por la igualdad pueden derribar barreras históricas.