Entrena tu memoria: estrategias para mantener el cerebro en forma

Envejecer no tiene por qué significar perder claridad mental ni olvidar los recuerdos que nos definen. En México, donde el envejecimiento poblacional avanza con rapidez, mantener la salud cognitiva se ha convertido en una prioridad de salud pública. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), actualmente más del 12% de la población mexicana tiene 60 años o más, y para 2050 se espera que uno de cada cuatro mexicanos pertenezca a este grupo etario. Frente a este panorama, el cuidado del cerebro —al igual que el del corazón o los huesos— requiere atención, prevención y entrenamiento continuo.

El cerebro es un órgano adaptable. A lo largo de la vida, sus conexiones neuronales pueden fortalecerse o debilitarse según la estimulación que reciba. Este fenómeno, conocido como neuroplasticidad, demuestra que nunca es tarde para aprender, recordar o desarrollar nuevas habilidades. De hecho, diversos estudios han confirmado que las personas mayores que ejercitan su mente regularmente conservan mejor la memoria, la atención y el lenguaje, e incluso reducen el riesgo de deterioro cognitivo leve o demencia.

El desafío del envejecimiento cognitivo

El envejecimiento natural conlleva ciertos cambios en la función cerebral: el procesamiento de la información se vuelve más lento, cuesta más concentrarse y la memoria de corto plazo puede verse afectada. Sin embargo, estos procesos no necesariamente implican una pérdida irreversible. Existen estrategias comprobadas que pueden retrasar, e incluso compensar, los efectos del paso del tiempo en la mente.

Los principales factores que influyen en el deterioro cognitivo no son solo la edad o la genética, sino también el estilo de vida: alimentación, sueño, actividad física, nivel educativo y vínculos sociales. Por ello, la memoria puede entrenarse de manera similar a un músculo: con constancia, esfuerzo y motivación.

Alimentar al cerebro: la nutrición como aliada

La nutrición juega un papel decisivo en la salud cerebral. El cerebro consume cerca del 20% de la energía que produce el cuerpo, y su rendimiento depende de un suministro constante de nutrientes. Expertos recomiendan priorizar alimentos ricos en antioxidantes, omega-3, vitamina B12 y ácido fólico, que protegen las neuronas del daño oxidativo.

Entre los alimentos más beneficiosos destacan los pescados grasos (salmón, sardina, atún), las nueces, el aguacate, las frutas rojas, las verduras de hoja verde y el aceite de oliva. Por otro lado, se recomienda limitar el consumo de azúcares refinados, grasas saturadas y alcohol, pues pueden afectar la microcirculación cerebral y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo.

Moverse para pensar mejor

El ejercicio físico no solo fortalece el cuerpo, también rejuvenece el cerebro. Actividades como caminar, nadar o practicar tai chi mejoran la oxigenación y la irrigación cerebral, favoreciendo la formación de nuevas conexiones neuronales. De acuerdo con el Programa Nacional de Envejecimiento Saludable de la Secretaría de Salud, los adultos mayores físicamente activos tienen un 30% menos de riesgo de desarrollar demencia que aquellos con vida sedentaria.

El movimiento también influye en el estado de ánimo, ya que promueve la liberación de endorfinas y serotonina, hormonas relacionadas con la sensación de bienestar. Este efecto emocional positivo se traduce en una mejor disposición para aprender y recordar.

Gimnasia mental: mantener la mente activa

Los ejercicios mentales —lectura, crucigramas, juegos de memoria, aprender un idioma o tocar un instrumento— estimulan diferentes regiones cerebrales y mantienen la mente alerta. Los adultos mayores que se involucran en actividades cognitivas nuevas tienen mejor desempeño en pruebas de memoria y atención.

La clave, sin embargo, está en variar los estímulos. Resolver siempre el mismo tipo de crucigrama o jugar repetidamente el mismo juego digital puede volverse mecánico. Lo ideal es plantearse retos que exijan pensar de nuevas formas. Aprender algo completamente distinto —como jardinería, pintura, baile o tecnología— genera nuevas conexiones neuronales y favorece la neuroplasticidad.

Dormir bien para recordar mejor

El sueño es otro pilar esencial. Durante las etapas profundas del descanso, el cerebro consolida los recuerdos, elimina desechos metabólicos y repara tejidos. Dormir mal o poco interrumpe estos procesos y afecta la concentración y la memoria.

Se reporta que hasta el 40% de los adultos mayores mexicanos presenta algún tipo de insomnio o sueño fragmentado. Para mejorar la calidad del descanso, se recomienda mantener horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir, reducir el consumo de cafeína por la tarde y crear un ambiente tranquilo y oscuro en la habitación.

La importancia del contacto social

 

Se advierte que los adultos mayores que viven solos o tienen poca interacción social presentan una mayor probabilidad de deterioro cognitivo. En México, esta situación afecta a más del 25% de las personas mayores de 60 años, sobre todo en zonas urbanas. Participar en clubes, grupos de lectura o voluntariados puede tener un impacto positivo tan importante como el de la actividad física o la dieta saludable.

La memoria no se pierde de un día para otro; se debilita cuando se deja de usar. Envejecer con un cerebro activo requiere movimiento, curiosidad y conexión humana. En un país como México, donde la esperanza de vida ha aumentado, garantizar una vejez con buena salud mental y emocional es uno de los mayores desafíos de este siglo.

Entrenar la memoria no es solo una cuestión de ejercicios o suplementos, sino de vivir con interés, de aprender algo nuevo cada día y de mantener viva la mente con las mismas ganas con que se mantiene el corazón latiendo.

Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda, deberá consultar siempre con su médico de confianza.

Fuentes bibliográficas:

  1. Instituto Nacional de Geriatría (INGER). Informe sobre envejecimiento saludable y salud cognitiva en México, 2024.

  2. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). Guía de alimentación y salud cerebral en adultos mayores, 2023.

  3. Secretaría de Salud de México. Programa Nacional de Envejecimiento Saludable y Prevención del Deterioro Cognitivo, 2024.

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