La endometriosis es una enfermedad crónica inflamatoria en la que tejido similar al endometrio crece fuera del útero, provocando dolor pélvico intenso, sangrados anormales, fatiga y, en muchos casos, infertilidad. A nivel mundial se estima que una de cada diez mujeres en edad reproductiva padece endometriosis. En México no existen estadísticas oficiales completas, pero especialistas del Instituto Nacional de Perinatología y de hospitales universitarios coinciden en que la prevalencia podría ser similar a la mundial, y que hay una brecha significativa de diagnóstico y atención.
¿Por qué se diagnostica tarde?
Las razones son múltiples. Primero, existe una persistente cultura de normalizar el dolor menstrual; muchas personas son educadas para aceptar cólicos intensos como algo “normal” y no buscar atención médica temprana. Segundo, el reconocimiento clínico requiere experiencia: los síntomas son heterogéneos (dolor pélvico cíclico o crónico, dolor durante las relaciones sexuales, dolor lumbar, problemas gastrointestinales, infertilidad) y se solapan con otras condiciones, lo que dificulta la sospecha temprana. Tercero, en México hay desigualdades geográficas y económicas: en localidades rurales o con escasos recursos es frecuente la falta de especialistas con experiencia en endometriosis, acceso limitado a ecografía transvaginal avanzada o resonancia, y barreras para acceder a laparoscopía diagnóstica y terapéutica.
Visibilización y redes de apoyo en México
En los últimos años han surgido y fortalecido organizaciones civiles y redes de pacientes que trabajan en educación, acompañamiento y presión por mejores servicios. Asociaciones como Endometriosis México A.C. realizan campañas de sensibilización, jornadas informativas y actividades de apoyo emocional; su labor ha sido clave para sacar la condición del silencio y forzar la agenda pública hacia políticas más centradas en la salud menstrual y reproductiva. Estas organizaciones también documentan testimonios de mujeres que relatan trayectorias de invalidación clínica, violencia obstétrica y costos personales elevados, lo que suma argumentos para políticas públicas más ambiciosas.
Impacto en la vida diaria y en la salud reproductiva
Para muchas mujeres, la endometriosis implica limitaciones importantes: ausencias laborales frecuentes por dolor, reducción de la productividad, impacto en relaciones afectivas y dificultades para completar estudios o trabajos. Asimismo, la endometriosis está asociada a un mayor riesgo de subfertilidad; distintas series describen que hasta la mitad de las personas con endometriosis tienen dificultades para concebir, dependiendo del estadio y localización de las lesiones. El abordaje integral debe considerar tanto el control del dolor como estrategias de preservación o asistencia reproductiva cuando corresponda.
Avances en diagnóstico y tratamiento en México
En el plano clínico y quirúrgico México ha avanzado: estudios realizados en centros mexicanos describen la eficacia de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas —laparoscopia convencional y cirugía robótica— en el manejo de la endometriosis, incluyendo formas profundas que comprometen vísceras pélvicas. Estas tecnologías permiten extirpar lesiones con mejor precisión, disminuir el dolor postoperatorio y acortar la estancia hospitalaria en ciertos casos; sin embargo, su disponibilidad está concentrada en hospitales de tercer nivel o clínicas privadas, lo que genera inequidad en el acceso. Además de la cirugía, el tratamiento actual integra manejo multimodal: analgésicos, terapia hormonal para suprimir la actividad endometrial, rehabilitación analgésica, abordaje nutricional y apoyo psicológico.
Propuestas de política y acción comunitaria
Para reducir la brecha entre síntomas y diagnóstico, las estrategias deben ser simultáneas y coordinadas: campañas públicas para desmontar mitos y normalización del dolor; inclusión de la endometriosis en la formación médica básica y posgrados; protocolos de derivación desde primer nivel; creación de unidades de manejo multidisciplinario en al menos un hospital por entidad federativa; y soporte económico y social para personas con enfermedad avanzada. Las redes de pacientes juegan un papel central: pueden colaborar en la educación comunitaria, en la recopilación de datos que evidencien demoras y costos, y en la vigilancia ciudadana para que las autoridades de salud implementen cambios.
Conclusión
La endometriosis en México es un problema de salud pública que combina alta prevalencia potencial, demora diagnóstica prolongada y consecuencias personales y sociales profundas. Visibilizar la enfermedad, mejorar la formación clínica, ampliar el acceso a diagnósticos y cirugías especializadas, y fortalecer las redes de apoyo son pasos indispensables para reducir la carga que hoy enfrentan miles de mujeres y personas con capacidad de gestar en todo el país. El reto es tanto médico como político y cultural: reconocer el dolor, escuchar a las afectadas y traducir ese reconocimiento en políticas de acceso equitativo y atención integral.
Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su medico de confianza.
Fuentes bibliográficas:
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Bandala C. et al. (2024). Eficacia entre laparoscopia convencional y cirugía robótica en pacientes mexicanas con endometriosis. Revista médica mexicana.
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Endometriosis México A.C. Material informativo y campañas de sensibilización en territorio nacional.
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Artículo periodístico “Cómo acabar con el tabú de la endometriosis, una dolencia atravesada por la violencia obstétrica” – El País (2025).