Detección de alergias alimentarias y ambientales. Qué debemos saber?

En México, las alergias representan un problema de salud pública creciente. Tanto las alergias alimentarias como las ambientales —polen, ácaros, contaminación, moho, caspa de animales— afectan a un porcentaje significativo de la población, especialmente a los niños, con repercusiones en calidad de vida, rendimiento escolar y uso de servicios de salud. Detectarlas con precisión es fundamental para manejarlas adecuadamente y reducir sus efectos adversos.

Importancia y prevalencia

Según especialistas en alergología, aproximadamente un 40% de los mexicanos padece algún tipo de alergia. Muchas de estas personas no saben que las tienen, pues los síntomas se confunden con enfermedades respiratorias comunes o rinitis leve, lo que dificulta el diagnóstico temprano. En ese contexto, las alergias ambientales aparecen con frecuencia alta, y en los niños se encuentran también alergias alimentarias que pueden desencadenar síntomas digestivos, cutáneos, respiratorios e incluso eventos graves como anafilaxia en casos extremos.

En la Ciudad de México, estudios recientes de la Red Mexicana de Aerobiología estiman que entre el 20% y el 25% de la población estaría en riesgo de sufrir polinosis. Se han identificado árboles como el fresno, ciprés, junípero, tuya y encino como los principales productores de polen alergénico.

En cuanto a alergias alimentarias, aunque los datos nacionales precisos son menos abundantes, documentos oficiales señalan que hasta el 22% de los niños podrían desarrollar en algún momento alergia alimentaria, y que siete alimentos causan la mayoría de los casos: leche de vaca, huevo, trigo, soya, pescado, mariscos y frutos secos.

Cómo se diagnostican

La detección temprana requiere buena clínica médica, historia detallada, pruebas específicas y seguimiento. Los pasos principales suelen ser:

  1. Historia clínica completa: recogida de los síntomas (cuándo aparecen, qué alimentos o ambientes los desencadenan, duración, gravedad), antecedentes familiares de alergias, hábitos alimentarios, exposición ambiental (humedad, mascotas, vegetación, contaminación), episodios de asma o dermatitis atópica, etc.

  2. Pruebas diagnósticas:

    • Pruebas cutáneas tipo “prick test” para identificar sensibilización mediada por IgE frente a alérgenos alimentarios o ambientales. En México se usan ampliamente en alergología pediátrica. Un resultado positivo indica sensibilización, no necesariamente alergia clínica.

    • Pruebas de IgE sérica específica, análisis de sangre para detectar anticuerpos contra alérgenos específicos, útil cuando las pruebas cutáneas no se pueden hacer o no han dado claridad.

    • Dietas de eliminación/provocación para alergias alimentarias: se elimina temporalmente un alimento sospechoso (con supervisión médica) y luego se reintroduce para verificar si aparece la reacción.

    • Monitoreo ambiental y pruebas aeroalergénicas para detectar sensibilización a polen, ácaros, moho o caspa de mascotas.

  3. Interpretación cuidadosa: considerar que muchos niños pueden estar sensibilizados sin tener síntomas clínicos severos; que los resultados cambian con la edad (por ejemplo, algunas alergias alimentarias se superan con el crecimiento); que los alérgenos ambientales varían con la geografía, la época del año y la contaminación.

Factores que complican la detección

  • Contaminación del aire urbano: aumenta las reacciones alérgicas ambientales al potenciar los efectos del polen y otros aeroalérgenos. En zonas como la Ciudad de México, la polución puede modificar la composición del polen o hacer que permanezca más tiempo en el aire.

  • Variabilidad geográfica: la presencia de diferentes tipos de vegetación, clima, altitud y humedad hace que los alérgenos ambientales varíen mucho de una zona a otra. Lo que afecta a un niño en el Valle de México puede no ser lo mismo que en una zona rural montañosa o costera.

  • Limitaciones en infraestructura y especialidad médica: no todos los municipios tienen alergólogos, laboratorios capaces de hacer pruebas de IgE específicas o servicios de diagnóstico avanzado. Esto retrasa o impide un diagnóstico adecuado en comunidades rurales o con menos recursos.

  • Confusión con otras enfermedades: rinitis, infecciones respiratorias, irritaciones cutáneas o intolerancias alimentarias pueden confundirse con alergias. Esto puede llevar a diagnósticos incorrectos o tratamientos que no abordan la causa real.

Consecuencias de la detección tardía

Cuando una alergia no se detecta oportunamente:

    • Los síntomas pueden volverse más severos: lo que podría haber sido una rinitis leve puede avanzar a asma persistente, afectar el sueño y el rendimiento escolar.

    • Aumentan los costos de atención médica: visitas al médico más frecuentes, posibles hospitalizaciones por reacciones graves.

    • Impacto en la calidad de vida: restringir dietas sin guía, ansiedad, malestar constante, evitar actividades al aire libre, etc.

  • Riesgo de reacciones graves: en alergias alimentarias, la exposición involuntaria a un alérgeno puede desencadenar anafilaxia, que es una emergencia médica.

Conclusión

La detección de alergias alimentarias y ambientales en México es un campo con avances importantes, pero también con retos significativos. Saber qué alérgenos causan síntomas, tener el diagnóstico adecuado y acceso temprano contribuye a una mejor calidad de vida para los niños y sus familias. Las ciudades como la Ciudad de México enfrentan retos adicionales por contaminación y patrones climáticos cambiantes que intensifican los alérgenos ambientales. Aumentar la conciencia, fortalecer capacidades de diagnóstico y mejorar políticas públicas son pasos indispensables para reducir el impacto de las alergias en la infancia

Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico de confianza.

Fuentes bibliográficas

  1. Revista Alergia México. “Pruebas cutáneas (Skin Prick Test) en alergia alimentaria”. Volumen 70, Número 4 (2023).

  2. Red Mexicana de Aerobiología / UNAM. Reportes sobre presencia de polen en Ciudad de México y riesgo de polinosis poblacional. 2023-2025.

  3. Secretaría de Salud de México. Información sobre alergia alimentaria en niños como problema de salud común, principales alérgenos y recomendaciones clínicas y de prevención.

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