Cuidarse no es egoísmo: el nuevo lenguaje del bienestar femenino

En México, está tomando fuerza un mensaje que transforma la manera en que las mujeres entienden su salud y su papel en la sociedad: cuidarse no es egoísmo. Durante generaciones, el bienestar femenino fue asociado casi exclusivamente con la capacidad de cuidar a otros. Hoy, una nueva narrativa se abre paso, impulsada por datos, políticas públicas y movimientos sociales que reivindican el derecho de las mujeres a priorizar su propio bienestar físico, mental y emocional.

Un contexto que exige atención

Las mujeres representan más del 52 % de la población mexicana y, a lo largo de su vida, asumen múltiples roles: trabajadoras, madres, cuidadoras, hijas, jefas de hogar. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, más de 12 millones de mujeres en México encabezan familias, y aproximadamente el 55 % de las mujeres trabajadoras lo hacen en el sector informal, sin seguridad social ni acceso regular a servicios médicos. Esta realidad impacta directamente en su salud: la sobrecarga, la falta de tiempo y los recursos limitados reducen las oportunidades para atender el cuerpo y la mente.

Se ha señalado que las mujeres reportan menores niveles de bienestar emocional en comparación con los hombres. Mientras que los hombres promedian un 8.7 en satisfacción de vida, las mujeres se ubican en 8.4, además de mostrar niveles más altos de ansiedad, depresión y preocupación. La salud mental femenina, antes silenciada o minimizada, ahora ocupa un espacio central en las conversaciones públicas.

El bienestar femenino como prioridad social

Hablar de bienestar femenino no se limita al autocuidado estético o individual; se trata de un asunto de salud pública y desarrollo económico. Diversos estudios en México muestran que invertir en la salud de las mujeres genera beneficios sociales amplios: disminuye la carga de enfermedades crónicas, mejora la productividad y fortalece la estructura familiar.

El bienestar femenino está siendo reconocido también en la planeación gubernamental. El Programa Sectorial de Salud 2024–2030 establece como prioridad garantizar el acceso universal a la atención médica para mujeres, especialmente en contextos rurales o marginados. Esta política busca reducir la brecha de desigualdad que históricamente ha afectado el acceso a servicios ginecológicos, de salud mental y de prevención.

Autocuidado como acto de empoderamiento

Durante años, el rol social asignado a las mujeres fue el del cuidado: atender al hogar, a los hijos o a los padres ancianos. Sin embargo, el movimiento contemporáneo por la igualdad de género ha replanteado esa idea. Cuidarse a sí misma se ha convertido en un acto de resistencia y empoderamiento. Implica reconocer que la salud y la felicidad personal son tan valiosas como las responsabilidades externas.

El autocuidado abarca múltiples dimensiones: acudir a revisiones médicas periódicas, alimentarse adecuadamente, dormir lo suficiente, hacer ejercicio, cuidar la salud mental y, sobre todo, establecer límites. En México, diversas organizaciones civiles impulsan talleres donde se enseña a las mujeres a gestionar el estrés, identificar signos de agotamiento y normalizar el pedir ayuda. Este tipo de acciones, aunque pequeñas, contribuyen a una transformación cultural profunda.

Salud física y mental: dos caras del mismo bienestar

Las enfermedades más frecuentes entre las mujeres mexicanas —cardiopatías, diabetes y cáncer— están relacionadas con factores prevenibles, como la alimentación, la actividad física y el control del estrés. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en 2023 las enfermedades cardiovasculares fueron la principal causa de muerte en mujeres, seguidas por la diabetes mellitus y los tumores malignos.

En materia de salud mental, las cifras también revelan una realidad preocupante. Más del 50 % de las solicitudes de apoyo psicológico registradas en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México provienen de mujeres, especialmente jóvenes entre los 20 y 40 años. Las causas más comunes son la ansiedad, la depresión, la violencia de pareja y el agotamiento emocional derivado de las dobles o triples jornadas de trabajo.

Un cambio de lenguaje que transforma

Decir “cuidarse no es egoísmo” es cambiar una forma de pensar. Significa pasar del sacrificio como virtud al bienestar como derecho. Este nuevo lenguaje no solo redefine la manera en que las mujeres se relacionan con su cuerpo, sino también cómo las instituciones, los medios y las familias entienden la salud femenina.

En el ámbito laboral, por ejemplo, cada vez más empresas comienzan a incorporar políticas de bienestar, horarios flexibles, licencias de maternidad y paternidad ampliadas, y programas de salud mental. Estas medidas son esenciales para que el cuidado personal no dependa solo de la voluntad individual, sino también del entorno que la rodea.

Hacia una cultura del bienestar integral

El cambio de paradigma implica construir una cultura del bienestar integral, donde el cuidado propio sea visto como una responsabilidad compartida. Para lograrlo, especialistas proponen tres acciones fundamentales:

  1. Educación en salud con perspectiva de género: incorporar en escuelas, centros comunitarios y medios de comunicación programas que promuevan el autocuidado, la salud mental y la prevención desde una visión femenina e inclusiva.

  2. Acceso equitativo a servicios de salud: fortalecer la cobertura pública y privada para que las mujeres de todas las regiones puedan acceder a revisiones médicas, terapias psicológicas y programas de bienestar.

  3. Corresponsabilidad social y familiar: promover la participación activa de hombres, empresas y gobiernos en las tareas de cuidado, para liberar tiempo y recursos que permitan a las mujeres atender su propio bienestar.

Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta profesional, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda, deberá consultar siempre con su médico de confianza.

Fuentes bibliográficas:

  1. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Estadísticas sobre bienestar y salud emocional en mujeres mexicanas, 2025.

  2. Secretaría de Salud de México. Informe Nacional sobre Enfermedades Crónicas y Salud Femenina, 2024.

  3. Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Reporte Anual de Salud Mental y Atención Psicológica, 2025.

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